Santiago Mielgo Torices. Nazco en León en 1975 y me crío en Barcelona hasta los 19 años. Desde mi más tierna infancia me interesa el funcionamiento de las cosas (siempre iba cargado con un destornillador y unos alicates para desmontar todo lo que me dejaban a tiro) y la manipulación de objetos con las manos. Mis padres fomentan este interés de manipular y crear objetos comprando me un montón de juguetes construcctivos como arquitecturas, tente, lego,... Un día mi padre me pasa un libro de origami de Isaho Honda, un libro enorme lleno de animales de papel y no paro de plegar bichos hasta que se hacer los más difíciles de memoria. Creo que es el origami lo que me hace mostrar interés por todo lo japonés. Poco a poco, crezco, estudio, muestro interés por otras aficiones como las cometas, boomeranes, los yoyos, el dibujo, y poco a poco dejo de lado el origami. Llego a León estudio veterinaria, Un curso de grabado en la escuela de artes (para reponer me de la veterinaria) y empiezo a trabajar.
Hace unos años redescubro el origami y veo con asombro que a evolucionado, mejorado y complicado y como me supone un nuevo reto retomo esa afición. Hoy día el origami es la afición que más tiempo me consume y gracias a ella he descubierto otras actividades como el furoshiki y el kumihimo.
Hace unos años redescubro el origami y veo con asombro que a evolucionado, mejorado y complicado y como me supone un nuevo reto retomo esa afición. Hoy día el origami es la afición que más tiempo me consume y gracias a ella he descubierto otras actividades como el furoshiki y el kumihimo.
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